lunes, 21 de abril de 2014

El coche híbrido, una interesante alternativa.





En la comparativa realizada en www.elegirmicoche.com  entre coches híbridos y coches de gasolina vemos como, a largo plazo, los automóviles híbridos son mucho más económicos y ecológicos que los de gasolina.

 

Hoy vamos a comparar el Citroën C4 (coche más vendido del trimestre 2014) con motor gasolina (Sin plomo), no con otro del TOP 10 más vendido, sino con el Toyota Auris con motor híbrido. 

Antes que nada hay que decir que un motor híbrido está compuesto por dos motores, uno que normalmente suele ser gasolina y otro eléctrico (a veces se incluye más de un motor eléctrico), de modo que el motor de gasolina, por el rozamiento, se encarga de cargar al eléctrico cuando éste no tiene la suficiente carga para mover el coche. En cambio, cuando el motor eléctrico está cargado, es éste el que se encarga de proporcionarle la fuerza al coche, dejando el motor de gasolina inactivo, y consecuentemente, alcanzando la eficiencia máxima en lo que a contaminación respecta. Además otro motivo por el que el motor de gasolina entra en acción, tiene lugar cuando se sobrepasa una determinada velocidad, y por tanto el coche necesita una potencia determinada que sólo la puede proporcionar el motor de gasolina. En otras palabras, y generalmente, podríamos decir que el motor eléctrico funciona mayormente por recintos urbanos, que es cuando se circula a menor velocidad (a no ser que, como hemos mencionado se encuentre descargado), mientras que en carreteras tipo autovías o autopistas, entra en juego el motor gasolina, pues normalmente, es cuando se circula a mayor velocidad.


Por otro lado, antes de empezar el análisis técnico, hay que explicar también  que la mayoría de automóviles híbridos funcionan con transmisión CVT (transmisión variable continua). ¿Qué significa esto? Pues simplemente, en lugar de tener una cantidad discreta de relaciones ya sean cinco, seis, o incluso más, pasaremos a tener una cantidad casi infinita de relaciones. Esto se debe a que no hay unas relaciones establecidas e inamovibles entre el giro del motor y las ruedas, sino un cambio gradual de ésta optimizando la relación en función de la velocidad y las necesidades de ese momento. Con esto se consigue mantener el motor en su par máximo, pues en ese punto la eficiencia del mismo es máxima, llegando a reducir el consumo entre un 10% y un 20% según los fabricantes. Por contra a esta ventaja de cambio gradual de relación casi infinitas, se encuentra la desventaja de que muchos usuarios sienten la impresión de conducir un coche de baja potencia, aunque las cifras demuestren lo contrario.


Dicho esto, iniciamos el análisis técnico – económico entre los automóviles citados al inicio y para el cual hemos fijado 20.000 km/año (60% de éstos se harán por ciudad). Y la duración del vehículo hasta próxima renovación la estableceremos en 8 años.  Igualmente, como en anteriores comparativas, hemos escogido los motores más similares que nos permite cada fabricante, para que la comparativa sea lo más válida y consistente posible.
 


En cuanto al análisis de costes tenemos lo siguiente: 


En referencia a las emisiones de CO2, la diferencia entre ambos coches es destacable, como consecuencia del tipo de motor que tiene cada coche, pues hemos explicado anteriormente que el motor híbrido es muy eficiente cuando entra en juego el motor eléctrico, produciendo ello, a su vez, una reducción considerable del gasto por consumo de combustible (7.826€ de Toyota frente a 16.153€ de Citroën).

Por otro lado, esa mayor eficiencia que supone, en este caso, el coche híbrido, hace que su PVP sea más elevado. Siendo la diferencia aproximadamente de 3.000€, y haciendo en este sentido más atractivo al Citroen, pues la calidad y prestaciones que lo componen supone una gran ventaja en relación a su precio.

En cuanto a los gastos de gestión del vehículo, lo más destacable radica en la diferencia existente en el coste de los neumáticos, pues éste es mayor para el Citroën. No obstante, hay que mencionar que las diferencias que puedan surgir en este aspecto, no tienen ninguna relación directa con la elección del tipo de motor, pues la relación en este aspecto se encuentra en los contratos de asociados que cada marca de vehículo tenga con cada marca de neumáticos.

Por otro lado, mencionar que los gastos totales de gestión se ven notablemente alterados para el Citroën, como consecuencia de su composición por un motor de gasolina (Sin Plomo), y que como ya hemos explicado hace que tenga un consumo sumamente mayor, tanto en cantidad como en costes, en comparación con un automóvil con motor híbrido.

Para terminar, cabe destacar, que un PVP mayor en el momento de comprar un automóvil híbrido, se ve compensado con un ahorro bastante destacable a medida que vamos amortizando el coche, como consecuencia, como podemos ver en la imagen de la comparativa, de una disminución considerable en los gastos de consumo. Con lo cual, este dato provoca que los valores comparables sean tan dispares (8.000€ de diferencia entre el Toyota y el Citroën, en nuestro caso), y el coste por día suponga para Citroën 2€ más caro que en Toyota. Estas diferencias no significan que Toyota sea mejor ni más barata que Citroën, simplemente muestra el camino a seguir para el futuro en el sector del automóvil, y que no es otro que apostar por el desarrollo de la dinámica de motores híbrido o similares, pues como hemos visto  en esta comparativa, el ahorro económico es considerable, y además éste para nada supone pérdida de calidad, seguridad y confianza en los vehículos. Sin embargo, actualmente la venta de este tipo de coches no es elevada, porque no inspiran aun la suficiente confianza, ni se tiene bastante conocimiento sobre ellos, provocando que los potenciales clientes se decanten por otro tipo de coches, aun siendo más caros. Pues, como hemos dichos otras veces,  en numerosas ocasiones el equilibrio entre lo económico y lo psicológico se rompe a favor de éste último aunque ello suponga un mayor coste, ya que generará mayor satisfacción al usuario con los demás y consigo mismo.

Como siempre, os dejamos unos gráficos a modo resumen para una visión más comparativa.

 

Jesús Manuel Sánchez Álvarez.





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