En la comparativa realizada en www.elegirmicoche.com entre coches híbridos y coches de gasolina
vemos como, a largo plazo, los automóviles híbridos son mucho más económicos y
ecológicos que los de gasolina.
Hoy
vamos a comparar el Citroën C4 (coche más vendido del trimestre 2014) con motor
gasolina (Sin plomo), no con otro del TOP 10 más vendido, sino con el Toyota
Auris con motor híbrido.
Antes que nada hay que decir que un motor híbrido está
compuesto por dos motores, uno que normalmente suele ser gasolina y otro
eléctrico (a veces se incluye más de un motor eléctrico), de modo que el motor
de gasolina, por el rozamiento, se encarga de cargar al eléctrico cuando éste
no tiene la suficiente carga para mover el coche. En cambio, cuando el motor
eléctrico está cargado, es éste el que se encarga de proporcionarle la fuerza
al coche, dejando el motor de gasolina inactivo, y consecuentemente, alcanzando
la eficiencia máxima en lo que a contaminación respecta. Además otro motivo por
el que el motor de gasolina entra en acción, tiene lugar cuando se sobrepasa
una determinada velocidad, y por tanto el coche necesita una potencia
determinada que sólo la puede proporcionar el motor de gasolina. En otras
palabras, y generalmente, podríamos decir que el motor eléctrico funciona
mayormente por recintos urbanos, que es cuando se circula a menor velocidad (a
no ser que, como hemos mencionado se encuentre descargado), mientras que en
carreteras tipo autovías o autopistas, entra en juego el motor gasolina, pues
normalmente, es cuando se circula a mayor velocidad.
Por otro
lado, antes de empezar el análisis técnico, hay que explicar también que la mayoría de automóviles híbridos
funcionan con transmisión CVT (transmisión
variable continua). ¿Qué significa esto? Pues simplemente, en lugar de tener
una cantidad discreta de relaciones ya sean cinco, seis, o incluso más, pasaremos
a tener una cantidad casi infinita de relaciones. Esto se debe a que no hay
unas relaciones establecidas e inamovibles entre el giro del motor y las
ruedas, sino un cambio gradual de ésta optimizando la relación en función de la
velocidad y las necesidades de ese momento. Con esto se consigue mantener el
motor en su par máximo, pues en ese punto la eficiencia del mismo es máxima,
llegando a reducir el consumo entre un 10% y un 20% según los
fabricantes. Por contra a esta ventaja de cambio gradual de relación casi
infinitas, se encuentra la desventaja de que muchos usuarios sienten la impresión
de conducir un coche de baja potencia, aunque las cifras demuestren lo
contrario.
Dicho esto, iniciamos el análisis técnico –
económico entre los automóviles citados al inicio y para el cual hemos fijado
20.000 km/año (60% de éstos se harán por ciudad). Y la duración del vehículo
hasta próxima renovación la estableceremos en 8 años. Igualmente, como en anteriores comparativas,
hemos escogido los motores más similares que nos permite cada fabricante, para
que la comparativa sea lo más válida y consistente posible.
En cuanto al análisis de costes tenemos lo
siguiente:
En referencia a las emisiones de CO2, la
diferencia entre ambos coches es destacable, como consecuencia del tipo de
motor que tiene cada coche, pues hemos explicado anteriormente que el motor
híbrido es muy eficiente cuando entra en juego el motor eléctrico, produciendo
ello, a su vez, una reducción considerable del gasto por consumo de combustible
(7.826€ de Toyota frente a 16.153€ de Citroën).
Por otro lado, esa mayor eficiencia que supone, en
este caso, el coche híbrido, hace que su PVP sea más elevado. Siendo la
diferencia aproximadamente de 3.000€, y haciendo en este sentido más atractivo
al Citroen, pues la calidad y prestaciones que lo componen supone una gran
ventaja en relación a su precio.
En cuanto a los gastos de gestión del vehículo, lo
más destacable radica en la diferencia existente en el coste de los neumáticos,
pues éste es mayor para el Citroën. No obstante, hay que mencionar que las
diferencias que puedan surgir en este aspecto, no tienen ninguna relación
directa con la elección del tipo de motor, pues la relación en este aspecto se
encuentra en los contratos de asociados que cada marca de vehículo tenga con
cada marca de neumáticos.
Por otro lado, mencionar que los gastos totales de
gestión se ven notablemente alterados para el Citroën, como consecuencia de su
composición por un motor de gasolina (Sin Plomo), y que como ya hemos explicado
hace que tenga un consumo sumamente mayor, tanto en cantidad como en costes, en
comparación con un automóvil con motor híbrido.
Para terminar, cabe destacar, que un PVP mayor en el
momento de comprar un automóvil híbrido, se ve compensado con un ahorro
bastante destacable a medida que vamos amortizando el coche, como consecuencia,
como podemos ver en la imagen de la comparativa, de una disminución
considerable en los gastos de consumo. Con lo cual, este dato provoca que los
valores comparables sean tan dispares (8.000€ de diferencia entre el Toyota y
el Citroën, en nuestro caso), y el coste por día suponga para Citroën 2€ más
caro que en Toyota. Estas diferencias no significan que Toyota sea mejor ni más
barata que Citroën, simplemente muestra el camino a seguir para el futuro en el
sector del automóvil, y que no es otro que apostar por el desarrollo de la
dinámica de motores híbrido o similares, pues como hemos visto en esta comparativa, el ahorro económico es
considerable, y además éste para nada supone pérdida de calidad, seguridad y
confianza en los vehículos. Sin embargo, actualmente la venta de este tipo de
coches no es elevada, porque no inspiran aun la suficiente confianza, ni se
tiene bastante conocimiento sobre ellos, provocando que los potenciales
clientes se decanten por otro tipo de coches, aun siendo más caros. Pues, como
hemos dichos otras veces, en numerosas
ocasiones el equilibrio entre lo económico y lo psicológico se rompe a favor de
éste último aunque ello suponga un mayor coste, ya que generará mayor
satisfacción al usuario con los demás y consigo mismo.
Como siempre, os dejamos unos gráficos a modo resumen para una visión más comparativa.
Jesús Manuel Sánchez Álvarez.
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